Nunca lo hagas.

Resulta divertido muchas veces jugar con la gente, sobretodo con la gente que lo ha dado todo por ti, que te ha querido, y sigue haciéndolo; y cuando te cansas dejarlo tirado, aparcado a un lado para que, cuando no sepas que hacer volverlo a coger para seguir jugando. Pero a nadie le gusta ser el juguete, a nadie le resulta gracioso ser utilizado para divertir a alguien y aún así nos dejamos utilizar porque tenemos la falsa esperanza de que algún día dejará de ser un juego, aunque realmente sabemos que por muchas esperanzas que tengamos eso nunca ocurrirá. No nos importa la gente, somos egoístas, pero pasa una cosa, que si no te gusta ser el juguete no tienes que jugar.

No vale la pena.

Solamente cada uno sabe de verdad los problemas que tiene, puede que alguien se haga una ligera idea pero, todos sabemos que nunca los contamos del todo. Hay muchas cosas que nos callamos, que no queremos que nadie sepa y que nos comen por dentro, nos destrozan y nos hacen daño, aunque preferimos guardarlo para nosotros mismos, porque pensamos que a nadie le importa. Y es que esos problemas, esos calentamientos de cabeza, esas desesperaciones que a veces entran de pronto y hacen que tengas ganas de llorar, pero no lo haces, sonríes delante de tus amigos, de tu familia, y luego mientras estas solo, a oscuras, es entonces cuando sueltas todo o por el contrario no sueltas nada. No vale la pena perder tanto tiempo en esos problemas, en esos secretos, en esos pensamientos, porque sinceramente, son basura.